martes, 16 de abril de 2013

AYUTTHAYA (ANTIGUA CAPITAL DEL REINO DE SIAM) Y LOPBURI

Tras unos primeros días en Bangkok, fuimos dirección norte para llegar a una de las antiguas capitales del reino de Tailandia: Ayutthaya. Una de las maneras más sencillas para llegar es coger un tren en la estación de Hua Lamphong. Si viajáis a Tailandia en temporada alta, procurad comprar el billete un par de días antes; a nosotros se nos ocurrió viajar allí durante el Año Nuevo Chino y quedaban pocas plazas para algunos trenes.

AYUTTHAYA

Las ruinas de la antigua capital son una de las atracciones turísticas más cercanas a Bangkok, a sólo 86 kilómetros, por lo que mucha gente hace una excursión de un día. Nosotros decidimos visitarla por la mañana, seguir hacia Lopburi por la tarde y coger un tren durante la noche que nos dejara a ala mañana siguiente en Chang Mai, al norte del país. Puede pareceros una paliza, que lo fue, pero consigues moverte rápidamente y ahorrarte una noche de hostal. ¿Cuál fue el problema? Que Ayutthaya es tan maravilloso que llegamos algo tarde a Lopburi y ya no pudimos visitar sus templos.
Pero volvamos a Ayutthaya, que en realidad se llama Phra Nakhon Si Ayutthaya, esta ciudad fue la capital del entonces Reino de Siam durante 417 años. La antigua ciudad, y por tanto los puntos turísticos más destacables, se asentó sobre una isla en la confluencia de tres ríos: el Chao Praya, el Pa Sak y el Lopburi. Fue fundada en 1.350 y regida por 35 reyes. El punto álgido de la ciudad tuvo lugar en el S. XVI, cuando el territorio nacional de Tailandia era superior al actual. Llegó a tener más de un millón de habitantes y debido a su privilegiada situación, a medio camino entre China, India y Malasia, fue un enclave comercial de gran importancia. Llegó a contar con más de 1.500 templos y 4.000 esculturas y estaba repleta de comerciantes y diplomáticos de países del Lejano Occidente y de Asia. Pero 1767, tras 15 meses de asedio, los ejércitos birmanos conquistaron la ciudad, destruyendo templos y decapitando esculturas a su paso. Cuando el rey Taksin el Grande finalmente liberó el reino de los conquistadores, fundó una nueva dinastía real y estableció la capital en Thonburi.

Para moveros cómodamente por las ruinas y los templos dejad primero vuestras mochilas o maletas en la consigna de la estación de tren, así iréis bien ligeros. Lo siguiente es alquilar una bicicleta, antes o después de cruzar el río. Nosotros la alquilamos cerca de la estación, hicimos cola para cruzar en barca el río y en un suspiro llegamos a la zona de las ruinas.


La "zona de ruinas", se llama en realidad Parque Histórico Phra Nakhon Si Ayutthata y fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1.981. Hay diferentes zonas que ver, y en cada una de ellas se debe pagar la correspondiente entrada. No encontramos ninguna entrada conjunta, aunque de toda maneras no habríamos podido verlo todo. ¿Qué debéis visitar? Aquí hay algunas opciones.

1. WAT YAI CHAYA MONGKOL (Gran monasterio de la victoria afortunada)
Gran conjunto arquitectónico que resulta la estampa típica de esta ciudad, llena de chedis y cientos de  esculturas de buda cubiertas con túnicas amarillas.

Estatuas de buda en la antigua capital de Tailandia Ayutthaya

2. WAT MAHA THAT
Para mi es uno de los lugares con magia de Ayutthaya, que te despierta la imaginación y la fantasía. Sin darte cuenta te encuentras con una cabeza de una escultura de un buda que misteriosamente ha acabado atrapada entre las raíces de un árbol. A parte de la escultura el conjunto arquitectónico, aunque en ruinas, es muy bello y algo laberíntico. Muchas de las esculturas de buda fueron decapitadas durante la conquista birmana.


















3. VIHARN PHRA MONGKOL BOPHIT
Según la guía, este templo se asemeja mucho al Gran Palacio de Bagkok y en su interior hay una gran estatua de buda, que parece no caber dentro. En el momento que entramos había una gran celebración, el templo estaba atestado de fieles sentados en el suelo y unidos por una tela naranja que daba la vuelta a todo el templo. Algo digno de ver.


4. WAT PHRA SI SANPHET.
En este lugar estaba ubicado el Palacio Real del Reino de Siam y data de 1448. Lo que más destaca son estos grandes tres chedis que contienen las cenizas de tres antiguos reyes. Desde este lugar se regía el destino del reino y se decidían las alianzas con otros pueblos. Los monjes tenían prohibido el acceso, excepto por invitación real.

Resulta que antes de partir nos paramos a comer como en un bar de carretera, donde por suerte los únicos turistas éramos nosotros. La comida deliciosa, el problema es que nadie hablaba otra cosa que tailandés. Así que por gestos hicimos algo así como fideos a ver que nos traían. Tenían carne y fideos muy finos y hierbas y no se qué más. ¡Genial!


LOPBURI

El problema es que Ayutthaya nos gustó tanto que se nos hizo algo tarde para coger el tren hacia Lopburi; y para cuando llegamos la zona de los templos ya estaba cerrada. Poca cosa quedaba abierta para visitar, así que compramos el billete hacia Chiang Mai para esa noche y nos dimos una vuelta por la ciudad que tiene fama por sus monos. De los bellos templos que vimos desde lejos no os explicaré nada, pero disfrutamos de callejear y de puestos de comida curiosos. ¡Allí vimos huevos rosas! No hemos llegado a pillar como los tiñen y para que, así que si alguien lo sabe que lo deje en los comentarios.


La cosa más curiosa de la ciudad es la cantidad de monos callejeros, bastante descarados y maleantes. Tened algo de cuidado con ellos si lleváis comida encima y si lleváis algo brillante en el pelo os puede pasar lo que a mi hermana Amalia, que estaba tranquilamente sentada para hacerse una foto y pegó un salto por un estirón de pelo de un mono y se quedó sin pincita de pelo.



Tras un buen rato dando vueltas por la ciudad y esperando el tren en la estación partimos en un tren dirección hacia Chiang Mai. Como compramos el billete el mimo día ya no quedaban camas, así que cogimos asientos separados en el vagón de turistas. Pasamos un frío terrible, horroroso, así que llevad la chaqueta a mano o coged asientos en el vagón de locales, como hicimos en otro de nuestros trayectos.

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